"Oui-ja" el telégrafo
de los muertos
                                                                                                                                                 
 
 

                    Cuando las hermanas Fox inventaron la primera y rudimentaria <<Oui-ja>>, nadie estaba en condiciones de sospechar las asombrosas posibilidades que éste << que este telegrafo de los muertos >> iba a desarroyar, ni de las misteriosas entidades con las que, gracias a este instrumento, cualquiera de nosotros podía llegar a contactar.

    La <<Oui-ja>> es, sin duda, el método más popular de "jugar" al espìritismo. Su aparente inocuidad, la facilidad con que se realiza y los siempre sorprendentes resultados que se obtienen, hacen de la <<Oui-ja>> el sistema más indicado para la iniciación de los principiantes.
    <<Oui-ja>> significa <<SI>> en los idiomas francés y alemán. Con ello se alude a la primera palabra que suele aparecer en las sesiones, cuando se pregunta si ¿hay algún espíritu presente? Este "juego" es tán antiguo como el espiritismo. Tiene la ventaja, en relación con otros métodos más sofisticados, de su sencillez, claridad y la rapidez con que se obtienen las respuestas.

 
    Pero en contra de quienes las consideran como simples experiencias intrascendentes derivadas de un "juego", existe un criterio según el cual las sesiones de <<Oui-ja>>, pueden ser consideradas sin demasiada facultada de científicas, siquiera sea por haber constatado un hecho realmente importante y al que con frecuencia no se le presta la atención que se merece; el de que los <<espíritus>> son personales. Es decir, aquello que se manifiesta sigue unas pautas de comportamiento perfectamente homologables a los distintos caracteres humanos. Un <<espíritu>> nunca es igual a otro, y más curioso aún, un mismo <<espíritu>> puede aparecer en sesiones diferentes, aunque los participantes en esasa sesiones no sean los mismos. De ahí a decir que se trata de inteligencias <<desencarnads>> media un paso muy corto, pero nada autoriza, en rigor, a darlo.
    Quienes han acumulado experiencias de carácter espiritista coinciden en señalar que la influencia psicológica de las sesiones suele ser efímera y poco duradera. Aunque se trata de una práctica igualmente refutada de antigua, corriente e inocente, también hay que destacar el hecho de que, en un primer contacto con este tipo de sesiones, personalidades no muy fuertes se sienten influenciadas mientras dura el experimento, y muy rarísima vez después de que este haya concluido. A no ser que se trate de personas mentalmente enfermas o muy desequilibradas, la influencia negativa es prácticamente inexistente.

    No deja de sorprender un hecho sumamente atractivo; los <<espíritus>>, frente a una persona moralmente herida, suelen a veces mostrarse con una elegancia y una delicadeza extraordinarias, encontrando los términos justos y apropiados para ese momento y esa persona.
 

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