Sientate frente a un espejo, sin más iluminación que la de una o dos velas y contémplate intensamente, centrando tu mirada en los ojos. Al cabo de un tiempo indefinible, de tener éxito, verás otros rostros, recordaras extrañas vivencias. Es más que probable que asistas a escenas de intensísima carga emocional y, desde luego, nada agradables. También es posible que te reconozcas, muy a tu pesar, en rostros horribles. Debes armarte de mucho valor. Se trata de una experiencia, no me canso de repetirlo, que sólo puede lograrse en condiciones muy excepcionales. Es sumamente peligroso intentarla sólo. Por ello se aconseja la ayuda de un << maestro>> espiritual, ya sea una persona viva o una entidad perteneciente al plano << astral >>. No hay más que decir al respecto. Se trata de algo terriblemente simple que sólo alcanzan quienes han conquistado cierto nivel de desarrollo interno. En tal caso, surge de una forma casi espontánea. De no ser así, no se consigue nada en absoluto o, lo que es peor, solo se lograrán trastornos de carácter psíquico. Quedas advertido.