Reencuentro con vidas << anteriores >>

    La preparación previa es idéntica a la del Viaje Astral, así como el periodo de relajación inmediatamente anterior a la prueba. Lo mismo cabe decir del ambiente. Sin embargo, la hora más propicia es la de media noche.
    Previamente uno debe reafirmarse con mucha energía en el propósito de << recordar >> sus vidas anteriores. La experiencia requiere un estado de gran exaltación y autodominio.

    Sientate frente a un espejo, sin más iluminación que la de una o dos velas y contémplate intensamente, centrando tu mirada en los ojos. Al cabo de un tiempo indefinible, de tener éxito, verás otros rostros, recordaras extrañas vivencias.
    Es más que probable que asistas a escenas de intensísima carga emocional y, desde luego, nada agradables. También es posible que te reconozcas, muy a tu pesar, en rostros horribles. Debes armarte de mucho valor.
    Se trata de una experiencia, no me canso de repetirlo, que sólo puede lograrse en condiciones muy excepcionales. Es sumamente peligroso intentarla sólo. Por ello se aconseja la ayuda de un << maestro>> espiritual, ya sea una persona viva o una entidad perteneciente al plano << astral >>.
    No hay más que decir al respecto. Se trata de algo terriblemente simple que sólo alcanzan quienes han conquistado cierto nivel de desarrollo interno. En tal caso, surge de una forma casi espontánea. De no ser así, no se consigue nada en absoluto o, lo que es peor, solo se lograrán trastornos de carácter psíquico. Quedas advertido.
 

Precognición << post morten >>

    Si peligrosa y difícilmente asequible es la prueba del espejo, otro tanto cabe decir, pero con mayor motivo, de la que aquí sugiero, si bien a título meramente informativo. También se realiza frente a un espejo, pero se requiere un estado de relajación muy profunda. Por lo tanto, el espejo debe situarse encima de la cama..., y sin iluminación alguna.
    Previamente habrás de formular en voz alta el íntimo deseo que tienes en << ver >> lo que te va a ocurrir después de tu muerte.
    En el caso de que te aventures a intentarlo, lo que, en principio, no es ni mucho menos aconsejable para la mayoría, debes tener muy clara la distinción entre la experiencia real y lo que pueda ser fruto de tu imaginación. Si es auténtica, las imágenes fluirán con la nitidez de una pantalla cinematográfica, el estado de lucidez será absoluto, y <<  sentirás >> además, con toda certeza que es así. El alto grado de emoción experimentada será tu única garantía
 
 
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